El Document de bases per a un marc de referència del treball comunitari als serveis socials bàsics

El  Document de bases per a un marc de referència del treball comunitari als serveis socials bàsics fue elaborado por encargo de la Dirección General de Servicios Sociales en el marco del despliegue del II Plan estratégico de servicios sociales 2021-2024. Este plan identifica la acción comunitaria como una de las principales palancas de cambio de los servicios sociales para afrontar sus retos de futuro.

Este trabajo es fruto de un proceso de investigación-acción que elaboramos durante el año 2021 con Marta Ballester, durante el cual se cruzó la investigación bibliográfica con la participación de 36 profesionales de diferentes ámbitos territoriales y organizativos con experiencia en la promoción de la orientación comunitaria en los servicios sociales básicos.

El documento identifica los retos y oportunidades en cuanto al despliegue del trabajo comunitario en los servicios sociales, como la falta de concreción del mandato comunitario, la carencia de un marco de referencia propio de los servicios sociales o el contexto actual de tensión y presión asistencial en el que viven, entre otros.

En este sentido, se propone contribuir definiendo unas bases conceptuales y técnicas que puedan convertirse en un marco útil y un instrumento práctico para direcciones, coordinaciones y equipos básicos de servicios sociales que busquen incorporar o potenciar la dimensión comunitaria en su modelo de intervención.

La propuesta se inicia describiendo la articulación del trabajo comunitario como un nivel de abordaje y una intencionalidad transversal dentro del continuo de atención social que, tal y como plantea Sílvia Navarro, permite “facilitar y capacitar desde las colectividades”.

En este sentido, se identifican y fundamentan teóricamente 10 contribuciones del trabajo comunitario a la misión de los servicios sociales a nivel individual, grupal y comunitario.

En su núcleo principal, el documento elabora una propuesta de modelo de intervención comunitaria que se basa en dos elementos clave que, combinados, definirán el perímetro del encargo comunitario de los servicios sociales básicos: por un lado los escenarios en los que se interviene y donde se pueden establecer objetivos con una intencionalidad comunitaria, y por el otro , los niveles de profundización comunitaria de las funciones y tareas.

Por escenarios de intervención se refiere a los diferentes ámbitos relacionales en los que los servicios sociales desarrollan su misión: la atención directa (con las personas y familias y con los grupos; el trabajo con la comunidad y el trabajo profesional (tanto con la red de profesionales como con el propio equipo) Para cada escenario se propone un objetivo que describe con qué puede contribuir el trabajo comunitario a la misión de los servicios sociales básicos, en este sentido se pone de relieve el propio equipo como un elemento clave para fortalecer comunitariamente el modelo de atención de los servicios.

Por otra parte, se identifican dos niveles de profundización o intencionalidad comunitaria que configuran la intervención comunitaria en los servicios sociales. En un primer nivel habla de mirada comunitaria para referirse a la necesaria transversalidad comunitaria en el conjunto de la tarea y del equipo, una mirada sobre las personas atendidas y su realidad que permite generar las condiciones para que sea posible desplegar acciones comunitarias más adelante. Hablamos de una mirada sistémica, que pone el acento en las capacidades de la persona y entiende a la comunidad como un recurso en el acompañamiento. En un segundo nivel, habla d’intervención comunitaria para referirse al despliegue de abordajes comunitarios donde se ponen en juego las capacidades de las personas en relación con los demás y el mismo entorno, participando junto con agentes diversos en la definición de estrategias territoriales compartidas o acompañándolos, y cuando se realizan acciones a partir de la activación de la fuerza colectiva de las personas atendidas.

La gradación entre ambos niveles de profundización es orientativa y quiere mostrar, por un lado, cómo los servicios sociales pueden incorporar elementos comunitarios en lo que ya hacen a diario (atención individual, grupal, trabajo en equipo y trabajo en red) y, por otro, que el recorrido para realizar intervenciones comunitarias es más largo de lo que hacen actualmente la mayoría de los equipos.

El documento describe un conjunto de tareas y funciones para cada escenario diferenciándolas en función de su nivel de profundización, facilitando diferentes estrategias concretas que orientan el hacer comunitario en el marco de los servicios sociales.

Por último, el documento presenta una serie de recomendaciones para que los equipos transiten hacia modelos de atención más comunitarios.